MARTÍN HERRERA (11 AÑOS)/PARA NOTIMERCIO
Martín, un niño de 11 años, recuerda con cariño la primera vez que probó un helado de mora a los siete, durante la pandemia. Desde entonces, ese helado con una mora de adorno se volvió su favorito, no solo por el sabor, sino por la risa y alegría que trajo ese día.
No me acuerdo del día y la fecha, pero sí me acuerdo clarito que tenía siete años cuando fue la primera vez que probé un helado y me encantó. Era en la pandemia pero cuando las personas ya estaban comenzando a salir con las mascarillas. Yo estaba con mi mami y el papito, creo que salimos a dar una vuelta hasta hacer tiempo antes de salir a la estación del Terminal y paramos en la tienda de Don Steven, donde siempre con mis ñaños vamos a comprar golosinas para ver películas o videos en YouTube, eso porque es la tienda más cercana a mi casa y no necesitamos el carro para ir.
A mí no me gustan tanto los helados de crema, son empalagosos. Si me parecen ricos, pero no son mis favoritos. Pero ese día, vi un helado de crema que era morado oscuro, de mora, y me llamó la atención la cantidad de fruta que llevaba. Y eso que a mi la mora me gusta comer con sal, sentí que esa era la mejor opción. Les pedí a mis papás que me compraran uno, y me dijeron que sí. Cuando me lo dieron, fue de lo más refrescante y rico.
El sabor era dulce y delicioso. No sentía que tenía tanto dulce, porque el azúcar me empalaga así como los pasteles. Me acuerdo que todavía no usaba lentes, pero igual ese día me salpicó un poco del helado en el ojo y me manché. No dolía ni nada, pero me dio chiste. Estaba tan feliz que me comí todo el helado en el carro mientras íbamos a recoger a mis hermanos en la parada.
Tenía la boca toda pintada de rojo. Mi mami se dio cuenta y comenzó a reírse. Después mi papi también se rió y hasta mi hermana, cuando subió al carro, me dijo: “¡Martín, chiste por qué tienes la boca todita manchada!” Yo no sabía que estaba tan manchado hasta que llegamos a la casa y vi mi cara en el espejo, me dio risa porque tenía todos los dientes rojos, así como un morado fuerte y la lengua también. Parecía que estaba pintado con marcador rojo. Y fue chistoso también porque hasta mi mascarilla estaba manchada del mismo color.
El helado fue el primero que probé y desde ese día, el sabor de mora es mi favorito, a veces los de limón, maracuyá y mandarina pero me deleito más con los de mora. Fue el que más me encantó . Desde siempre cuando pedimos unos helados, ya saben cúal es el sabor que a mi me gusta y ya ni siquiera me preguntan que de qué quiero.
Casi le pido otro a mi papi ese mismo día, pero no le dije nada porque me dio miedo empacharme. Una vez me empaché y falté a clases por tres días, entonces no quería tener que pasar otra vez por eso. Igual, me quedé feliz. Me acuerdo con cariño de ese momento, porque fue divertido y conocí al mejor helado del mundo mundial. Ahora, como el mismo cuando salimos a comprar golosinas, doritos y tatos. Me gusta el picante y por eso siento que combina bien, así vi el El juego del calamar en Netflix. Esos fueron mis snacks.
