A través de talleres, controles médicos y asistencia alimentaria, el programa brinda a las madres embarazadas y a sus bebés las herramientas necesarias para un desarrollo saludable, cuidado infantil y mejorar su calidad de vida.
A través de talleres, controles médicos y asistencia alimentaria, el programa brinda a las madres embarazadas y a sus bebés las herramientas necesarias para un desarrollo saludable, cuidado infantil y mejorar su calidad de vida.
MARÍA JOSÉ CUENCA/ NOTIMERCIO
Israel Guerrero es un bebé de un año y tres meses que corretea por todo el Auditorio FUNDAMISC, en Milagro, Guayas. Cautiva a todos con su sonrisa y curiosidad por las cámaras. Viste una camisa azul, una pantaloneta jean y unos zapatos negros, recorre de un lado a otro el espacio. Corre hacia mí y, sin conocerme, me regala un abrazo, se roba mi corazón. Cuando los asistentes ven la escena nos sonríen y él les responde de la misma manera. Se dirige a su madre para abrazarla por las piernas y pedirle un juguete. Ella también viste de azul. Se llama Yaritza López, es delgada, alta, trigueña, tiene 20 años e Israel es su único hijo.
Cuando se embarazó, Yaritza, al igual que muchas mujeres en su situación, desconocía la importancia de los controles prenatales y posnatales. Ella, junto a 13 madres y sus bebés, se graduaron de la segunda entrega del proyecto ‘Mis primeros mil días’. La iniciativa de la Fundación Redni trata de combatir un problema que afecta al 20% de los niños menores de dos años, una tasa que duplica el promedio latinoamericano que apenas es el 9%.
Este no es solo un problema de salud, sino también un obstáculo para el desarrollo integral de los niños, pues afecta su crecimiento físico, su desarrollo cognitivo y sus habilidades sociales. La Fundación estableció alianzas con ADELCA, el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y, en el caso de Milagro, con el Municipio y el Hospital Cristiano de Especialidades.
Gracias a estas colaboraciones, el programa se expandió por la Costa y Sierra. En tres años de funcionamiento, 1 860madres y sus bebés han sido parte de este programa. Cuando ya cumplen el periodo, se gradúan y entran nuevas mujeres gestantes. Redni intenta sensibilizar a la población, fortalecer las políticas públicas y garantizar la implementación de programas efectivos en el territorio nacional. Cuenta con 15 proyectos en nueve provincias del país, llega a las zonas más vulnerables y trabaja en colaboración con las comunidades de cada sector vulnerable.
Yaritza cuenta que entró al programa cuando tenía tres meses de gestación por una inesperada llamada del subcentro de salud, le pidieron sus datos, realizaron una visita domiciliaria y la inscribieron. Recibió una serie de servicios que incluyen: controles prenatales y posnatales, apoyo psicológico, kits de alimentos para complementar su dieta y la de su bebé, talleres grupales en los que reciben capacitaciones en temas de nutrición.
El evento culminó con la entrega de certificados, kits de alimentación y un vaso de granola con frutas y yogurt que preparó una experta en nutrición. Yaritza se sentó junto a las otras madres, con su mano derecha sostuvo a Israel y con la izquierda un globo rojo que soltó al corear la frase: “Vencer la desnutrición crónica infantil es posible”.
Notimercio · El periódico de Quito