Salud y sexualidad: Estabilidad, el pilar invisible del bienestar mental

July Ruiz / Para Notimercio

La mente humana no está diseñada para vivir en alerta constante. Aunque somos adaptables, también necesitamos previsibilidad, estructura y contención emocional para sentirnos seguros.

Tener un trabajo estable —más allá del salario— significa tener un espacio donde sentimos propósito, conexión social y una forma clara de organizar nuestros días. También con las relaciones personales: cuando cultivamos vínculos consistentes y respetuosos, el cuerpo se relaja, el estrés baja, y se activa algo tan esencial como la confianza.

Un estudio de la Asociación Americana de Psicología (APA) reveló que la inseguridad laboral sostenida puede aumentar hasta en un 50% los niveles de ansiedad crónica y depresión. Y según la Organización Mundial de la Salud, las relaciones interpersonales estables y de apoyo se relacionan con una mayor longevidad y menor riesgo de trastornos mentales.

Cuando tenemos una base emocional y económica segura, es más fácil asumir riesgos creativos, reinventarnos, emprender o incluso tolerar mejor la incertidumbre.

En tiempos donde lo “fluido” es la norma, quizá lo más contracultural —y más saludable— que podemos hacer es cuidar aquello que permanece. Porque la salud mental no se construye solo en la terapia o en los momentos de crisis, sino en lo cotidiano que se repite y nos sostiene.