Andrés Jaramillo. Notimercio
Pobre rana René. De estrella de los Muppets a ícono involuntario de la política ecuatoriana. Nadie le preguntó si quería ser la cara del descontento ciudadano, pero ahí está, con su inconfundible gesto melancólico, protagonizando memes que reflejan el hastío de la gente hacia la política y los políticos.
Y es que, en tiempos donde la realidad supera a la ficción, el humor se convierte en el salvavidas emocional de una sociedad que prefiere reír antes que llorar.
Los memes se han vuelto parte de la cotidianidad en las redes sociales. Son el café mañanero que nos despierta con una sonrisa (o una mueca) y nos prepara para enfrentar las noticias del día.

Pero, más allá de ser simples imágenes graciosas, los memes políticos cumplen una función catártica.
En su monográfico: Los memes, un producto comunicacional de visibilización y construcción de imaginarios políticos en Ecuador, Gabriela Celorio plantea que estos productos comunicacionales ayudan a la construcción y visibilización de imaginarios políticos en Ecuador, permitiendo que la ciudadanía exprese sus percepciones y críticas hacia la realidad política del país.
La reciente difusión de los chats del expresidente Augusto Verduga, del Consejo de Participación Ciudadana, lo ratifica. La indignación vino acompañada de creatividad. La imagen de la rana René, con su mirada perdida y su té en mano, se convirtió en el símbolo perfecto para encapsular el sentimiento colectivo.
Pero ¿por qué René? Porque su expresión resignada refleja a la perfección la sensación de impotencia y cansancio de una ciudadanía que ya ha visto demasiado.
El uso del humor en la política no es nuevo. Desde tiempos inmemoriales, las sociedades han utilizado la sátira para cuestionar y ridiculizar a sus líderes. Sin embargo, en la era digital, los memes han amplificado este fenómeno.
Gabriela González y Sergio Rivera, en su artículo: Contenido, Forma y Estado en los memes de Internet con contenido político, señalan que los memes políticos, aunque pueden despolitizar el discurso, también funcionan como una forma de participación ciudadana y crítica social.
En un contexto donde la confianza en las instituciones es baja y las promesas políticas suenan a chistes malos, los memes ofrecen una vía de escape. Los jóvenes ecuatorianos, en particular, utilizan los memes políticos como una forma para expresar su opinión pública y canalizar su descontento.

Explica por qué, incluso, desde el otro lado, los políticos han intentado usar el humor como herramienta para acercarse a los votantes, aunque con poca efectividad. Sin embargo, cuando el humor proviene de la ciudadanía en forma de memes, se convierte en un termómetro del estado anímico de la sociedad.
La rana René no tiene la culpa de nada. Es más, deberíamos agradecerle por prestarnos su imagen para expresar lo que muchos sienten, pero no saben cómo decir.
En tiempos donde la política parece un circo sin gracia, el humor se erige como una forma de resistencia pacífica. Así que, la próxima vez que compartan un meme de René tomando su té, recuerden que, detrás de esa risa, hay una crítica, una reflexión y, sobre todo, una esperanza de que, algún día, la realidad política dé menos material para memes y más motivos para creer.