VIRGINIA GÓMEZ DE LA TORRE/ PARA NOTIMERCIO
Quien sea electo el próximo domingo 13 abril deberá entender que más que promesas de construir hospitales, cárceles y cementerios -entre todo lo que tendremos que escuchar-, necesitamos que primero nos devuelvan la esperanza.
Quienes van a gobernar van a tener poder. Poder de tomar decisiones para que los niños y las niñas se levanten cada mañana sabiendo que los aman, los cuidan y los protegen, que nadie les va a golpear o violar ni agredir verbalmente, que el miedo no se aloja en su cabecita, que podrán desayunar y almorzar y no tendrán hambre ese día, que podrán jugar tranquilos y que irán a dormir soñando que, cuando sean grandes, tendrán un trabajo digno y podrán vivir con decencia.
Que cuando sean adolescentes vivan el torbellino de emociones y sensaciones propio de las edad, pero con información, sin vergüenza o culpa.
Que tengan la certeza que están aprendiendo habilidades para la vida, no para la muerte. Que bailen, jueguen, conozcan a sus pares en un ambiente de alegría y de tranquilidad.
Que se equivoquen y aprendan y no sientan que la adolescencia es rechazo.
Que vivan su sexualidad con información, placer y seguridad. Sin castigo y sin riesgos.
Esperanza como el nombre de la vecina o de la señora que ven de en la calle cualquier cosa, y que hubiera querido tener una profesión con un sueldo lo suficientemente holgado como para comprarse un lindo vestido, comida abundante para poner en la mesa y no esconderse o huir en la noche de la violencia y la muerte.
Esperanza de que nos devuelvan a las mujeres la libertad de decidir sobre nuestro cuerpo y que nunca más haya amigas, hijas o madres que mueran por culpa de un aborto peligroso, porque en Ecuador solo la que tiene plata pueden abortar en paz y sin riesgo.
Ni qué decir del sexo sin placer. Muchas ecuatorianas quisieran desear y sentir que acostarse con su pareja es para gozar y no para cumplir o fingir.
El próximo gobernante tiene la responsabilidad de devolver la esperanza a los hombres en su diversidad…
Ellos tienen el derecho de saber que el machismo es la semilla de todas las violencias y que también es perjudicial para el hombre.
Que sepan que cuando violen tan a una mujer es violentar a la sociedad y eso les incluye. Quienes vayan a gobernar tienen que atacar al machismo desde la raíz.
¿Cómo? Empezando y aceptan do que el problema existe y que, mientras más rápido, se promueva que los niños y las niñas crezcan sabiendo que son iguales.
No creo que sea difícil si se tiene el talento, el gobernar un país pequeño, diverso, con una población pacífica, buena y trabajadora y con enormes posibilidades de generar paz, trabajo y estabilidad. Tal como dice la canción, es cribo esto esperando abril con la esperanza intacta de que el próximo gobierno, sea cual fuera el elegido, tenga la sensibilidad y el amor que necesitamos las ecuatorianas y los ecuatorianos.