Padre Juan Carlos Vásconez/ Para Notimercio
Ser buenos amantes en el matrimonio es la clave para un hogar radiante va más allá del romanticismo es cuidar el amor en cada faceta. Como sacerdote veo a mi alrededor como las personas florecen cuando tienen una pareja que les ayuda a ser mejores. Recomiendo cuidar cuatro dimensiones:
Física: «somos uno». La ternura, el cuidado del otro y la intimidad son un lenguaje profundo. El cuerpo expresa la entrega y la unidad, así que animo a ser creativos.
Emotiva: «sentirse amado». Es vital conectar el corazón. Escuchar con atención, compartir los sentimientos y ser el apoyo incondicional del otro.
Psicológica «somos equipo». El matrimonio es una sociedad donde ambos tiran del mismo carro. Dialogar con frecuencia, tomar decisiones juntos y apoyarse en el crecimiento personal.
Espiritual: «mi camino al cielo». Este es el pilar que lo eleva todo. Orar juntos, compartir la fe y buscar a Dios como pareja crea una unidad profunda.
El amor es como un jardín. Hay que sembrarlo con cariño, regarlo con detalles y abonarlo con paciencia. A veces las flores tardan en salir, pero no pierdan nunca la esperanza. Con fe y trabajo, su amor florecerá.