‘Se requiere una reforma tributaria que modernice la estructura de los impuestos y amplíe la base de contribuyentes’

Redacción Notimercio

Según los datos preliminares del Ministerio de Finanzas, la recaudación tributaria de 2024 alcanzó el 16,2% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que representa un incremento del 8,5% frente al año anterior.

Para ponerlo en perspectiva, el 59% de los ingresos totales del Estado —unos USD 20.000 millones— proviene directamente de impuestos, lo que confirma que el cumplimiento de las obligaciones fiscales se ha convertido en la principal fuente de financiamiento para el Presupuesto General del Estado.

Sin embargo, de esta recaudación tributaria, aproximadamente USD 1.350 millones, correspondieron a tributos y contribuciones temporales, los cuales en 2025 no serán susceptibles de recaudación.

Lo mismo ocurre con el régimen de auto-retenciones, que implicó en el año 2024 aproximadamente USD 2.000 millones de recaudación, de este valor, se estima que se devuelva a este segmento de contribuyentes USD 1.200 millones. En definitiva, por generación de riqueza con este régimen se recaudó únicamente USD 800 millones.

Por ello, este año representa un punto de inflexión para las finanzas públicas. Mauro Tejada, especialista tributario, reflexiona sobre el camino que el país podría seguir.

¿Es necesaria una reforma tributaria en Ecuador?

Sí, por la sostenibilidad de los ingresos, la lucha contra la evasión y la elusión, y la construcción de una institucionalidad sólida que inspire confianza a contribuyentes e inversionistas.

¿Qué características debe tener esta reforma?

Debe ser una reforma tributaria que modernice la estructura de los impuestos y amplíe la base de contribuyentes. Es vital para evitar la dependencia excesiva de deuda externa o recortes presupuestarios dolorosos.

¿Qué tan grave es la evasión para las finanzas públicas?

Las estimaciones oficiales señalan que la evasión y la elusión podrían suponer alrededor del 5% del PIB. Esto se traduce en aproximadamente USD 6.500 millones de dólares que, en lugar de ingresar al erario, se pierden en mecanismos de ocultamiento de ingresos o prácticas tributarias cuestionables.

¿Cómo enfrentar la evasion, desde la política tributaria?

Robusteciendo la fiscalización y transparentar las operaciones financieras. Por lo que, el uso de tecnología –como: el cruce de datos en línea y la facturación electrónica– debe alinearse con el establecimiento de marcos jurídicos adecuados que permitan sancionar efectivamente las conductas ilegales. Así, no solo se aumentaría la recaudación, sino también que se fomentaría la equidad social, asegurando que quienes más ganan contribuyan en proporción a sus ingresos.

Las normas ambiguas y la aplicación discrecional de la ley generan incertidumbre y desalientan la formalización de las empresas, en ese contexto, ¿cómo impulsar una reforma?

Con una administración tributaria profesional y modernizada, respaldada por un andamiaje legal preciso, que transmita confianza al sector privado y a la ciudadanía en general. La reforma que se plantee debe ser integral.

¿Qué implicaría?

Que paguen más quienes más tienen, la simplificación de trámites, la reducción de costos de cumplimiento y facilitar la incorporación de nuevos contribuyentes. Además, reestructurar impuestos directos e indirectos, revisar exenciones poco justificables y asegurar que el peso tributario se distribuya de manera justa.