En la Ciudad Mitad del Mundo se encuentra un espacio de características únicas para exponer, enseñar, transmitir y promocionar al cacao de Ecuador.
Como si no tuviéramos suficientes inconvenientes con México, en los últimos años se reveló que el cacao tiene su origen en Ecuador y no en ese país. Así quedó claro que somos la cuna del cacao del mundo.
Somos, además, el principal exportador de cacao fino de aroma a escala mundial y, por eso, nuestro producto estrella debe estar en un museo.
Lo encontramos en la Ciudad Mitad del Mundo, al norte de Quito, que cuenta con un espacio céntrico diseñado para el descubrimiento y exploración del cacao como patrimonio intangible.
El guía Víctor Manuel Dávila me invita a la primera parte del recorrido por el museo, que es la sección informativa sobre el origen del cacao en la zona amazónica, donde residió la cultura Mayo Chinchipe Marañón hace unos 5 450 años.
Hay réplicas de los tipos de cacao y el mapa de las provincias donde se produce, como Guayas, Los Ríos, Manabí, Esmeraldas, El Oro y Santa Elena.
Para conocer sobre el proceso productivo cambiamos de ambiente. Pasamos a un área más natural donde vemos un vivero que recrea un entorno tropical con plantas vivas de cacao junto a frutas tropicales como banana, naranja, mango, café, maracuyá y otras.
La visita continúa con el proceso para la obtención de la pasta de cacao, que pasa por las siguientes etapas: cosecha y poscosecha, fermentación, secado, tostado, molido y separación de la pasta de cacao y la manteca de cacao.
La tercera área es la tienda de recuerdos Raqeri. Es la experiencia pura del chocolate. Antes de entrar, los sentidos se agudizan con el aroma.
El cacao es un generador natural de endorfinas, las hormonas de la felicidad y satisfacción, y, por eso, provoca de inmediato un sentimiento de bienestar y placer. El olor es intenso, así como la alegría.
En esta área están las principales marcas de chocolate de exportación. No se venden en el mercado nacional.
En vitrinas muy bien iluminadas se exhiben más de una veintena de productos derivados del cacao, todos elaborados con el fino de aroma y hechos por pequeños y medianos emprendedores de la región de la Costa y Amazonía. Algunas marcas trabajan con proyectos sociales que apoyan a grupos vulnerables.

Malky, por ejemplo, viene de una zona del Parque Nacional Yasuní, en Pastaza.
Su chocolate lo elaboran mujeres que se dedican a estas labores porque fueron abandonadas o víctimas de violencia de género y sobreviven con esta producción.
En su elaboración emplean cacao al 100%. Cumplen con todos los requisitos de sostenibilidad. El envoltorio incluye imágenes alusivas a las ceremonias ancestrales del cacao.
También encontramos el chocolate más caro del mundo, de la marca To’ak. Su proceso de elaboración es artesanal y nace en la pequeña comunidad Piedra de Plata, en Manabí.
Pagan a sus agricultores hasta ocho veces el precio a nivel de finca local. Una barra de chocolate To’ak puede costar hasta USD 600 por su añejamiento y fermentado. Toda la producción es para exportación.
En el museo se puede degustar la variedad de chocolates con sabores innovadores, frutales, cítricos, florales, con mezclas de sal y picante. El visitante también puede probar la cerveza de cacao, que se elabora en Santa Rosa, El Oro, y otras bebidas frías y calientes de cacao.
El cielo es el límite para conocer, explorar y degustar el cacao ecuatoriano en todas sus formas en este espacio, justo en el ombligo del mundo.
Horarios:
Lunes a viernes
9:00 a 17:00
Sábados y domingos
9:00 a 18:00
Entradas:
Adultos USD 5
Niños y adultos mayores USD 2.50