Querida lectora, querido lector:
La Corte Constitucional (CC) marcó un hito en la legislación ecuatoriana al dictaminar que, en el caso de una niña trans que vivía en la provincia de Santa Elena, se violentaron sus derechos de autopercepción de género. Ella, a pesar de haber nacido con órganos masculinos, se consideraba mujer y sus padres la entendieron. Pero, cuando llegó a la escuela sufrió discriminación, bullying, maltratos e incomprensión, sobre todo, de las autoridades del plantel donde fue matriculada.
Más de una década después, la CC, en un documento de más de 116 páginas, falló a favor de la niña, le pidió disculpas a nombre del Estado con una conmovedora carta, dispuso medidas de reparación y ordenó al Ministerio de Educación que diseñe una serie de protocolos que se apliquen en los planteles escolares a fin de que no se repita un caso así con ningún otro niño.
La niña, de padres españoles, ya no vive en Ecuador, pero desde la denuncia que hicieron sus padres el proceso siguió y la CC ha dictado sentencia. Hoy la niña debe tener unos 17 años y vive su condición de mujer. Pero el dictamen de la CC se produce en tiempos electo rales y no han faltado políticos que han intentado aprovecharse del caso para alarmar al país planteando un futuro terrible para la infancia, lo cual no se sostiene en argumentos científicos.
Bienvenidos al país apocalíptico.
Rubén Darío Buitrón