Querida lectora, querido lector:
La primera vuelta electoral del pasado do mingo dejó incertidumbres y dudas. Primero, se equivocaron los exit poll de una manera tan burda que, aunque se insistió en que solo eran encuestas extraoficiales, los electores se quedaron con mal sabor cuando empezaron a aparecer las cifras del Consejo Nacional Electoral (CNE). ¿Deberían difundirse los exit poll si, una vez más, fallaron sus predicciones? Hay que debatirlo.
Segundo, ¿tiene que permanecer el mismo grupo de polémicos consejeros en el CNE, auto prolongado durante seis años y negándose a ceder sus puestos? Haya sido o no transparente el reciente proceso, la alternabilidad es uno de los fundamentos de la democracia (que, en esencia, ese organismo representa).
Luego, es clara la urgencia de cambiar los mecanismos de selección de candi datos. ¿Cómo fue posible que hubiera 16 aspirantes presidenciales y que 12 de ellos no lograran, cada uno, ni el uno por ciento de votos? ¿Por qué se permitió participar a más de 270 candidatos con procesos judiciales?
Y, como cereza del pastel, una vez que para la segunda vuelta quedan dos fuertes candidatos, el país debe exigir les cero demagogia, cero populismo y cero show. Hay una agenda social que permanece a la espera de un o una estadista. Una agenda con temas que ya no pueden esperar porque de ellos dependen millones de personas.
Bienvenidos al país de las postergaciones.
Rubén Darío Buitrón
