El legado de un Papa cercano: conversación con el Provincial de los Jesuitas

Notimercio
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Yohanna Piedra Costales, CEO Conexión Humana /Notimercio

En medio del duelo que vive la Iglesia por el fallecimiento del Papa Francisco, un Papa jesuita cercano, valiente y profundamente humano, queremos mirar su legado desde quienes comparten su espiritualidad. Acompáñenos a este diálogo en este preciso momento que nos ayuda con memoria, fe y esperanza.

Conversación especial con el P. Daniel de Ycaza, SJ, Provincial de la Compañía de Jesús en Ecuador.


Mgt. Yohanna Piedra Costales: Padre, ¿cómo recibió la Compañía de Jesús en Ecuador la noticia del fallecimiento del Papa Francisco?

P. Daniel de Ycaza, SJ: Sin duda con dolor, porque fue una partida inesperada prácticamente. El día anterior estuvo en la misa, dio la bendición Urbi et Orbi, y cuando nos enteramos en la mañana fue una mezcla de dolor y gratitud a Dios por su paso a través del Papa. Un compañero jesuita, que fue Papa, y que hizo tanto bien para el mundo, para la Iglesia, que dio nuevos nortes volviendo al Evangelio. Lo recibimos con gratitud y dolor.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: Qué pena, Padre. ¿Usted estudió en San Salvador, en Buenos Aires, en la Universidad?

P. Daniel de Ycaza, SJ: Sí, en San Salvador, sí.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: ¿Tuvo algún momento de cercanía con el Papa?

P. Daniel de Ycaza, SJ: Lo saludé tres veces, porque cuando llegué a Argentina él estaba destinado a Córdoba. Había sido superior del Colegio Máximo, de la casa de formación donde vivíamos casi 115 jesuitas, y luego lo nombraron obispo. Fui a su ordenación episcopal en Buenos Aires, y él visitó el Colegio Máximo alguna vez y lo saludamos. Un hombre muy cercano, con un don de gente grande, también serio a veces. De Papa, en cambio, lo vemos sonreír mucho más, pero había esa cercanía con él en Buenos Aires.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: ¿Cómo era su personalidad al verle un poco más cercano?

P. Daniel de Ycaza, SJ: Es lo que decía, ese don de gente, de mirada profunda. Él miraba mucho a los ojos cuando saludaba, apretaba con fuerza las manos y preguntaba de lo cotidiano: cómo estás, cómo te sientes. Muy cercano, de mucha confianza.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: Qué bien, Padre, me alegro. ¿Qué significó para usted como jesuita tener un Papa jesuita?

P. Daniel de Ycaza, SJ: Cuando vino a Ecuador en 2015 tuve la oportunidad de saludarlo en la Iglesia de la Compañía. Y la sensación de ver un compañero jesuita, al que conocí antes, ahora de blanco, pero con la misma cercanía, sencillez y ternura que también tenía, fue una experiencia preciosa. Dar gracias a Dios por un compañero que fue elegido Papa, un llamado del Señor para enrumbar a la Iglesia, volviendo sobre todo a Jesucristo, al Evangelio, que es lo central y que creo que nos deja como legado.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: Bien, Padre, pero ¿cuál considera usted que es el legado espiritual que nos deja el Papa?

P. Daniel de Ycaza, SJ: Yo creo que tiene algo precioso el Papa Francisco, porque no aparece tanto él, sino que él siempre presenta a Jesucristo. Y una Iglesia en salida, sinodal, metida en el mundo, la justicia socioambiental, Laudato si’… Entonces es un legado de ir a la humanidad, de reconciliar al mundo en la justicia, de buscar la paz, de hablar con frontalidad contra sistemas o estructuras deshumanizadoras. Es un Papa que se la jugó, que volvió al Evangelio, a Jesucristo con fuerza y desde ahí, con todo el magisterio y la tradición de la Iglesia, dijo: “Vamos por acá”. Ese es el legado que tenemos que tomar, la posta, y seguir adelante.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: Bien, Padre querido. Ahora dígame, ¿qué enseñanzas de él cree que deberían permanecer vivas en el corazón no solamente de los ecuatorianos, sino del mundo en general?

P. Daniel de Ycaza, SJ: El punto es que cuando uno sigue a Jesucristo y quiere proclamar su reinado, otro mundo es posible. Es preguntarse dónde están las heridas del mundo. Hay mucha deshumanización, hay guerras, mucha violencia. Entonces, ¿cómo somos instrumentos de Dios para sanar el mundo desde la fraternidad? Como el Congreso Eucarístico Internacional del año pasado, ¿cómo somos enviados a proclamar con nuestras actitudes, gestos, actos, que el amor es lo central, que la paz es posible? Y para eso hay que jugársela, porque hay muchos poderes que no quieren ese tipo de transformación. Entonces, ¿cómo, como cristianos, siendo muy humanos, en nuestra espiritualidad ignaciana, en todo amar y servir, podemos transformar la realidad?

Mgt. Yohanna Piedra Costales: ¿Cree usted que el mensaje del Papa de sencillez, de humanidad, de Laudato si’, dentro de la encíclica, pegó realmente en el mundo?

P. Daniel de Ycaza, SJ: Yo creo que dejó las semillas y comienzan a crecer. Jesús dice que el trigo y la cizaña crecen juntos. Hay que hacer fuerza en el trigo, en todo lo que integra, lo que articula, lo que hace cuerpo, para poder juntos salir adelante. Y eso supone conversión de corazón: personal, institucional, comunitaria, para transformarnos en otros Cristos, identificarnos con sus valores.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: Bien, Padre querido, ¿cómo describiría usted el lado humano del Papa? Porque del espiritual ya hablamos.

P. Daniel de Ycaza, SJ: Es que la espiritualidad es con la humanidad. O sea, lo espiritual se encarna, y mientras más humano, más divino. Si seguimos a Jesús, y el Papa se identificaba con Jesús, es como que a través de las actitudes de compasión… Él tenía un verbo como nuevo: misericordiaba. Siguiendo al Buen Pastor, oliendo a oveja, siendo cercano, horizontal… Es como humanizar y desde esa humanidad traslucir la divinidad de Dios.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: Hay varias anécdotas del Papa que han salido últimamente a relucir en las redes. ¿Cuál es la que más le ha impactado a usted?

P. Daniel de Ycaza, SJ: A mí me encanta la cercanía con los jóvenes. Porque cuando estuvo por acá, y en otras conferencias, decía: “Hagan lío, salgan de la casa”. Iglesia en salida, sinodal, caminamos juntos. Ese celo apostólico, esa alegría con una sana ironía que tenía para decir las cosas, a mí me llegaba mucho eso, porque toca el corazón. No son discursos de doctrinas o cosas aburridas. Él le ponía alegría, le ponía chispa: sal de la tierra, luz del mundo.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: Bien, Padre, ¿qué enseñanzas cree usted que deberían permanecer vivas en el corazón de los seguidores del Papa?

P. Daniel de Ycaza, SJ: Sí, seguidores de Jesús a través del testimonio del Papa. Lo central es quiénes somos y adónde vamos. Nuestra identidad es que somos hijos e hijas amados de un Dios que es padre y madre, que nos da esa dignidad de poder identificarnos con Jesús en su modo de ser y proceder, hasta dar la vida por amor a los demás y transformar la realidad. Entonces creo que el Papa, conociéndolo desde los años 80, 90, 2000, como cualquiera de nosotros, tuvo también su conversión, su transformación. Lo conocimos como el jesuita Jorge Mario Bergoglio y como el Papa Francisco. Una transformación que traslucía un espíritu, que es el paso de Dios por nuestro mundo.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: Gracias. Finalmente, ¿qué mensaje le daría usted a los jóvenes y adultos también que se sintieron inspirados por su cercanía y sencillez?

P. Daniel de Ycaza, SJ: Lo primero es no quedarnos en zonas de confort. El mundo está herido, estamos en cambio de era, y si no vamos a lo esencial que nos humaniza, no podremos formar el cuerpo apostólico, cuerpo de Cristo que es la Iglesia, el pueblo de Dios. Con nuestra acción, nuestras actitudes, podemos transformar la realidad según el corazón de Cristo. No nos quedemos de brazos cruzados. Podemos hacerlo, pero eso supone un compromiso y una entrega generosa de parte de todos.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: Muchas gracias, Padre. Realmente le agradecemos. Gracias, P. Daniel, por acompañarnos y ayudarnos a entender mejor la huella que deja el Papa. Nos vamos con el corazón más abierto, de eso se trata, y el desafío de seguir construyendo una Iglesia sencilla, cercana y comprometida, que es lo que más necesita nuestro pueblo.

P. Daniel de Ycaza, SJ: Así es. Y que su mensaje no quede solo en palabras, sino que se vuelva una acción hacia nuestra vida. Que haya sinergia, que podamos juntos salir adelante. Y sí, podemos.

Mgt. Yohanna Piedra Costales: Gracias, Padre. Muchas bendiciones.

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